Cómo entrenar a tu perro para que obedezca para propietarios

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La mayoría de los propietarios de perros tienen cierto control sobre su perro en casa o en el jardín. Pero cuando aparece una distracción, este control se suele perder en parte o por completo. En este artículo nuestro entrenador de perros te dará 10 consejos para enseñar a un perro a obedecer en presencia de otros perros.

Índice

Por qué tu perro no hace caso en presencia de otros perros

En general cuando la gente junta a su perro con otros perros, le deja jugar o relacionarse un rato más o menos largo y después se van. Actuando de esta manera tu perro asocia a los otros perros solamente con jugar. Este adiestramiento canino hace que tu perro quiera jugar cada vez que vea a otro perro, y este comportamiento se incrementa a medida que esta situación se repite. Por ello cada vez se vuelve más difícil hacer que te obedezca en presencia de otros perros.

como entrenar a un perro - Cuánto se tarda en adiestrar a un perro

Que hay que hacer para que tu perro te obedezca

Si quieres que tu perro te haga caso cuando hayan otros perros cerca, tienes que practicar algunos ejercicios de obediencia en esta situación específica. Así tu perro asociará los otros perros con obediencia y no solo con el juego. Lo que puedes hacer es alternar la obediencia con el juego con los otros perros.

Los 10 trucos para que te haga caso en presencia de otros perros

  1. Crea una predisposición a obedecer en presencia de otros perros Cada vez que te cruces con otro perro durante los paseos tendrás que darle una orden a tu perro. Así crearas una predisposición a obedecer cuando hayan otros perros.
  2. Alterna el juego y la obediencia Al hacer ejercicios de obediencia en presencia de otros perros, tu perro asociará los perros con la obediencia. De este modo será mucho más receptivo cuando le des una orden. Lo que puedes hacer es alternar la obediencia con el juego con los otros perros.
  3. Trabaja con tu perro atado Empieza trabajando la obediencia con tu perro atado. Esto importante, ya que si no te hace caso tendrás la posibilidad de rectificar fácilmente manteniendo el control. Si mantienes a tu perro suelto en presencia de otros perros, tardarás mucho en cogerlo. Podrías utilizar una correa corta para los ejercicios cerca de ti y una cuerda larga para los ejercicios a distancia. Cuando tu perro te haga más caso podrás pasar a trabajar sin correa.
  4. Trabajar primero desde cerca y luego desde lejos Al principio trabaja los ejercicios de obediencia estando cerca de tu perro para poderlo controlar mejor y que te sea más fácil comunicarte con él. Cuando hayas logrado un buen control sobre tu perro estando cerca, entonces podrás empezar a practicar los ejercicios poniéndote a más distancia de tu perro.
  5. Puedes hacer que los perros sean menos motivante para el Al principio puedes practicar la obediencia poniéndote lejos de los otros perros y acercarte a la vez que tu perro te va haciendo más caso. Si empiezas muy cerca de los otros perros será muy difícil hacer que tu perro te prestar atención. Comienza estando lejos y acércate muy progresivamente.
  6. Elige bien los sitios donde vas a practicar con tu perro Al principio puedes ir a un sitio donde vayas a encontrarte a perros que estén atados (por ejemplo en la calle o alrededor de los pipi can) para facilitar el trabajo. Cuando tu perro va progresando puedes ir a sitios donde los perros estén sueltos pero en un sitio cerrado (por ejemplo dentro de un pipi can). Cuando tu perro te haga más caso puedes ir a sitio donde los perros estén sueltos en espacios abiertos (por ejemplo en los parques). Eligiendo bien los sitios puedes subir el nivel de dificultad de manera progresiva y así facilitar el aprendizaje para tu perro.
  7. Utiliza premios para tu perro Tienes que utilizar premios para premiar tu perro cuando te obedezca. Eso también permitirá que te vuelvas más interesante que los otros perros.
  8. Utiliza los perros como premios Si das una orden de obediencia a tu perro y luego le das permiso para ir a relacionarse con otro perro, entonces entenderá que para tener acceso a los perros primero tiene que obedecerte. Ello te ayudará a conseguir tener más control en presencia de otros perros.
  9. Cansa a tu perro antes de practicar Puedes cansar tu perro antes de ir al sitio donde se estén los otros perros. De este modo tendrá menos ganas de jugar (al estar estará cansado) y te será más fácil practicar los ejercicios de obediencia.
  10. Dejarlo a tu perro en ayunas Si dejas tu perro en ayunas antes de ir al sitio donde se encontrara con otros perros, estará más motivado para conseguir los premios que le vas a dar cuando practiques los ejercicios de obediencia. Estará más atento a ti y más predispuesto a obedecerte.

En Adiestrar Perros Barcelona te aconsejamos que no dejes que tu perro juegue sin ningún control. Actuando de esta manera no le estarías preparando para gestionar sus impulsos y emociones. Tampoco le estarías enseñando a hacerte caso cuando estes en presencia de distracciones. Tener un perro que te obedezca cuando existan distracciones es la garantía de poder soltarlo en (casi) cualquier lugar con la seguridad que no pasara ningún accidente.

Cómo adiestrar a mi perro en casa

Tener en cuenta que este proceso puede tomar días o incluso semanas hasta que tu peludo aprenda acatar cada regla, pero una vez que él las aprenda y las ponga en práctica diariamente será mucho más efectivo la educación y entrenamiento que le estás ofreciendo y de este modo puedes ir aumentando el nivel e irle enseñando trucos que conlleven más dedicación.

No olvides que la clave está en la paciencia y coherencia con las pautas para la educación del perro, recuerda no confundir la disciplina con autoritarismo agresivo. Ofrécele cariño, bienestar y mucho amor para que el vínculo de amistad que tienen se fortalezca y la fidelidad de tu perro permanezca intacta.

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Cuánto se tarda en adiestrar a un perro

Cuando un perro llega a un nuevo hogar es habitual que surjan innumerables preguntas, especialmente si se es primerizo en estos menesteres. Aunque no debería ser necesario señalarlo, los canes son una especie distinta a la humana y, por tanto, cuentan con otras necesidades y un lenguaje completamente diferente que, como es lógico, muchas veces provoca confusiones y desencuentros, especialmente si la nueva familia no se ha informado correctamente. Pero, ¿cuándo esos inconvenientes se convierten en un problema por el que es necesario recurrir a un adiestrador?

Para empezar, una distinción básica: no es lo mismo educar que adiestrar. “Educar a un perro implica desarrollar sus capacidades emocionales, cognitivas y sociales para que adquiera competencias que le ayuden a convivir con armonía en nuestras ciudades, por tanto, educación y convivencia van de la mano”, puntualiza Óscar Páez Sousa, presidente de la Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales (ANACP). Un ejemplo de esto vendría a ser que el perro aprenda a no saltar sobre las personas en la calle o sepa relacionarse correctamente con otros canes. “Adiestrar consiste en enseñarle a realizar ciertos comportamientos bajo el control de un estímulo discriminativo, como un comando u orden”, detalla Páez Sousa. Aquí entran las clásicas órdenes de “sentado”, “quieto” o “junto”.

Esto lleva a una segunda distinción: habría que diferenciar entre conductas no deseadas y problemas de conducta. “Una conducta no deseada es cuando el perro se comporta de una manera que no es aceptable por el propietario, pero que no implica sufrimiento, estrés y no compromete la salud del animal”, explica Páez Sousa. Seguramente los ejemplos de esto sean bien conocidos por cualquier propietario de perro por haberlos vivido en algún momento: ladridos, robos de comida, peticiones de atención constante o aquellos que orinan y defecan en casa cuando ya no son cachorros. Estas conductas son más fáciles de corregir que los problemas de comportamiento que, como señala Páez Sousa, “sí inciden en el bienestar animal e implican un menoscabo de la salud física y psicológica del perro”. Hablamos de la ansiedad por separación, problemas de miedos y fobias o de agresividad.

¿Cuándo es necesario acudir a un adiestrador?

Así pues, cuando se dan estos problemas de conducta es imperativo acudir a un profesional, aunque lo ideal es adelantarse. “Cuando se nos presentan problemas de conducta, generalmente son situaciones que se podrían haber evitado con las herramientas adecuadas empleadas a tiempo”, señala Sara Casado, técnica en educación canina y modificación de conducta en Aceo Madrid. “Cuando pensamos en un adiestrador tenemos la imagen preconcebida de enseñarle órdenes a nuestro perro y que nos obedezca. En la mayoría de casos en los que no hace caso lo que falta es mejorar el vínculo, conocer las señales que nos da y saber por qué hace lo que hace. Cuando mejoramos estos tres aspectos, la obediencia como tal queda relegada a un segundo plano”, aclara Casado. Y añade: “Cuando hablamos de un perro obediente, en realidad lo que queremos decir es un perro equilibrado con el que podamos entendernos”.

Cuando el perro empieza a desequilibrarse es cuando comienzan los problemas, por eso, a la pregunta de en qué momento se necesita ayuda, Nacho Sierra, adiestrador canino y especialista en comportamiento animal, da una respuesta tajante: “Cuando se empiezan a detectar comportamientos que el dueño no logra entender o controlar”. Esa es la mejor forma de evitar que algo que puede resolverse en unas pocas sesiones desemboque en un problema más grave para el perro y para su familia.

¿Cuánto tiempo dura el adiestramiento? ¿Debe participar la familia?

Como es obvio, cuánto tiempo dura un adiestramiento dependerá de la gravedad del problema. “Dependiendo del caso puede llevar desde seis u ocho semanas, que es lo más habitual, hasta seis meses o, en casos complejos, un año”, ejemplifica Casado. Aunque tener en cuenta que las pautas que se aprendan durante el adiestramiento son de aplicación de por vida y deben incorporarse en la rutina de la familia sin abandonarlas.

Además, una de las circunstancias que condiciona el adiestramiento es la edad del animal. “Con los cachorros hay que centrarse mucho más en los retos iniciales como la socialización, aprender las pautas higiénicas y que, en definitiva, conozcan el lugar en el que se van a desenvolver. Además, sus ejercicios deben estar adaptados a la dificultad que pueden afrontar a esa edad”, explica Javier Martínez Torres, responsable de Solo es un perro. En el siguiente escalón se encuentran los perros jóvenes, aquellos que ya han alcanzado su crecimiento morfológico (aproximadamente a los ocho meses) pero aún no han alcanzado la madurez (hasta los 18-24 meses). “Los perros jóvenes tienen otra forma de relacionarse con el entorno y son mucho más sensibles a nivel emocional. En el ámbito relacional, necesitan tener experiencias positivas y aprender las señales de los perros mayores, ya que de repente no son tratados como cachorros pero aún carecen de las habilidades comunicativas de los adultos”, apunta Casado.

Y, por último, a los adultos se les puede adiestrar igualmente, pero hay que ser mucho más pacientes y constantes. “Los perros adultos, por las experiencias, suelen tener consolidados ciertos aprendizajes y conductas no deseadas que han sido reforzadas inadvertidamente por el propietario y que suelen ser resistentes a la extinción”, aclara Páez Sousa.

Eso sí, independientemente de la edad de la mascota, los expertos consultados coinciden en que es imprescindible que la familia del animal se implique en su adiestramiento. Este probablemente conllevará tiempo y esfuerzo en lo que, en la mayoría de las ocasiones, será un trabajo diario.

¿Cómo elegir el adiestrador adecuado?

Si ya se ha decidido a acudir a un adiestrador, es inevitable preguntarse cómo elegir el más adecuado para el perro. “Lo primero es exigir la certificación profesional, que ya existe desde 2022, ya que de momento aún se puede ejercer la profesión incluso sin haberte formado”, señala Sierra. La ANACP señala, efectivamente, que ya existe una certificación de adiestrador y que, aunque no es un título oficial, sí tiene validez en todo el territorio. Se trata del certificado de profesionalidad “Adiestramiento de base y educación canina”. Sierra explica cuál es la situación actual: “Las convocatorias para que los profesionales que han realizado la formación en escuelas privadas y llevan años ejerciendo la profesión puedan acreditar sus competencias y obtener el certificado no están abiertas en todas las comunidades autónomas. Por tanto, hay excelentes profesionales que aún no están en posesión de este título”.

Mientras esta situación se normaliza, aconsejan fijarse en aspectos como la experiencia profesional demostrable, que utilice métodos de adiestramiento respetuosos con el bienestar animal y huir de aquellos que ofrecen resultados demasiado rápidos o que no ofrezcan recursos y herramientas para que se pueda dar continuidad a la educación. Casado da un último apunte: su capacidad de actualización. “Las investigaciones científicas sobre el proceso de aprendizaje canino y las metodologías de adiestramiento han evolucionado mucho en los últimos 15 años, esto hace que muchas metodologías que se usaban tradicionalmente queden hoy obsoletas”, sentencia.

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